jueves, 19 de noviembre de 2009

Que distintas infancias...






Lo que hace años era motivo de diversión para miles de niños extremeños, ahora se ha convertido en algo casi inexistente en nuestra sociedad, aunque sigue habiendo excepciones; nos estamos refiriendo claramente a los juegos populares y tradicionales.

Hace no mucho tiempo, unos 10-15 años, no existían los medios tecnológicos que existen hoy en día, no existían la playstation, la Wii, la conexión a Internet... y los niños y niñas , por lo tanto,tenían otro modo de diversión distinto al de ahora, jugaban unos con otros a los tantos y tantos juegos que sabían, una pandilla de niños jugaba al escondite, otros a las canicas, mientras que otros hacían competiciones de chapas y repiones; ahora todo esto es practicamente nulo, desde años atrás los juegos populares han pasado a un muy segundo plano para todos, por no decir que de todos los juegos al que jugaban y jugábamos niños y niñas , solo "sobreviven" unos cuantos, estos juegos que aún se siguen jugando en la región extremeña son las canicas, la comba, el columpio y ya cada vez en menor medida un juego tan clásico y sociable como el escondite. Aunque diga que estos juegos siguen activo, no hay que ni mucho menos comparar como y cuanto se jugaba antaño a estos juegos, ahora practicamente es una minoría de niños los que siguen optando por jugar a estos juegos.


La forma de divertirse de los niños de hoy en día no es tan sencilla como la de antes, con el avance de la tecnología cada vez se ha ido deteriorando más y más a los juegos populares, los niños optan ahora por no salir practicamente de casa y quedarse jugando a las videoconsolas horas y horas, ver la televisión, estar navegando por Internet... decir también como hemos dicho antes, que hay excepciones, ya que hay familias que educan a sus hijos lejos de la tecnología.


Haciendo referencia al titulo de la entrada, os propongo a que meditéis y saquéis conclusiones sobre lo que ha cambiado la vida social de los niños durante estos últimos 20 años atrás, ¡ Que diferencia!

No hay comentarios:

Publicar un comentario